sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Dónde vive la gente más feliz del mundo?

Por Mercedes Becerra Martín

Siete de los diez países más felices del mundo están en un continente. La gente más feliz del mundo no está en Qatar, la nación de mayor riqueza económica según varios criterios de evaluación. Tampoco reside en Japón, el país con la mayor esperanza de vida, ni en Canadá, que pese a ser líder mundial en el número de graduados de la educación superior no figura siquiera en los 10 primeros puestos cuando de felicidad se trata. 

Una encuesta a casi 150.000 personas en todo el mundo reveló que siete de los 10 países con las actitudes más positivas en su población se encuentran en América Latina.

“En Guate, la cultura es de personas amigables que siempre están sonriendo. Además, todos los chapines, a pesar de los problemas que enfrentamos, estamos rodeados de mucha belleza natural que nos permite escaparnos. Somos el país de la eterna primavera y ese clima influye mucho” dijo Luz Castillo, de 30 años, quien da lecciones de surfing. “
Gallup Inc preguntó en el último año a cerca de mil personas en cada uno de los 148 países abarcados por su estudio si sentían que descansaban lo suficiente, se les trataba con RESPETO, SONREÍAN o reían mucho, aprendían o hacían algo interesante, y si experimentaban sentimientos de gozo. 
En Panamá y Paraguay, el 85% de los entrevistados respondieron afirmativamente a las cinco preguntas, con lo que esos países se ubicaron en los dos primeros lugares de la lista. Muy de cerca les siguen El Salvador, Venezuela, Trinidad y Tobago, Tailandia, Guatemala, Filipinas, Ecuador y Costa Rica.
La gente que reportó menos emociones positivas vive en Singapur, la ciudad-estado adinerada y ordenada que figura entre los países más desarrollados del mundo. Otras naciones ricas se ubicaron también en lugares sorprendentemente bajos en la lista. Alemania y Francia empataron con el empobrecido estado africano de Somalilandia, en el 47mo puesto.Las naciones prósperas pueden ser también profundamente desdichadas. Y los PAÍSES POBRES pueden desbordar FELICIDAD o al menos mostrarse bastante optimistas.

Se trata de una paradoja con implicaciones serias para un ámbito de estudio relativamente nuevo y controvertido, que se denomina ECONOMÍA DE LA FELICIDAD. Este campo abarca las mejoras que puede realizar un gobierno para elevar el grado de satisfacción de su gente, más allá de mediciones tradicionales como esperanza de vida, ingreso per cápita y niveles de educación superior.


Carlos Martínez estaba sentado a la mesa con 11 colegas, trabajadores de la construcción, en un restaurante de la capital panameña. Compartía con ellos empanadas de maíz, pollo frito y café antes de dirigirse al trabajo en uno de los cientos de edificios que se han construido durante un auge económico de un año, apoyado en parte en el éxito del Canal de Panamá. La bonanza ha abatido los índices de desempleo pero también ha agravado el tránsito de vehículos y los índices de delincuencia.Martínez se dijo infeliz por la criminalidad, pero “contento” con su familia.

“Pero de manera general, feliz, porque es un país con mucha riqueza natural, que es importante para el mundo”, dijo, en referencia al Canal. “Como caribeños, somos gente de fiesta, de comer bien y vivir lo mejor que se pueda. Aquí tenemos muchas posibilidades, sólo hay que sacrificarse un poco más”.

La vida es corta y no hay motivos para estar triste“, comentó. “Porque aunque seamos ricos, los problemas siempre existirán”. Debemos reírnos de nosotros mismos”.

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